sábado, 26 de abril de 2014

Crimen y Castigo

Crimen y Castigo
Carlos Zeballos


No se tiene dificultad para obtener el tema de la obra, su mismo nombre lo indica, aunque hasta la mitad de la obra solo se ha concretado el crimen, está pendiente el castigo que espero  llegue al final de la obra. Un hombre llamado Raskolnikof, concibe la idea de cometer un delito, madura la idea, comete el hecho, se escapa de ser detenido. El autor ha adoptado el drama puramente psicológico, se compone de la lucha entre el hombre y su propio proyecto. Los personajes adicionales y los hechos no tienen consecuencias, salvo en lo que respecta a esta influencia en los planes del joven criminal. La primera parte, en la que se describe el nacimiento y el crecimiento de la idea criminal, se escribe con habilidad y sutileza. El estudiante Raskolnikov, un nihilista en el verdadero sentido de la palabra, inteligente, sin principios, sin escrúpulos, reducido a la pobreza extrema, con sueños de una condición más feliz. 
Al regresar a casa después de ir a empeñar una joya en la tienda de una antigua casa de empeños, un vago pensamiento se cruza en su cerebro sin tomarle mucha importancia, esto no era más que uno de esos pensamientos fugaces que se cruzan en  el cerebro como una pesadilla, y que sólo asume una diferencia por medio de la voluntad, esta idea se fija en el cerebro del joven, creciendo y aumentando en cada página, hasta que es queda poseído por ella. Cada dura experiencia de su vida exterior se le aparece a tener alguna relación con su proyecto. La influencia ejercida sobre este joven es llevado a cabo en esa medida distinta que me parece en sí como un actor de la vida cotidiana que es llevado al drama, guiando la mano del criminal al arma homicida. El acto terrible se logra; y el joven desafortunado lucha con el recuerdo de él así como lo hizo con el diseño original. Las relaciones del mundo para el asesino están todas cambiadas, a través del hecho de haber quitado una vida humana. Todo adquiere un nuevo significado para él, excluyendo de él la posibilidad de sentir y razonar como los demás, o de encontrar su propio lugar en la vida. Toda su alma sufre una metamorfosis y vive en discordia constante con la vida a su alrededor. Este no es el remordimiento en el verdadero sentido de la palabra. El autor se esfuerza para distinguir y explicar la diferencia. Sólo un único interés en la vida se deja a él: engañar y eludir a la policía. Él busca su compañía, su amistad. El asesino mantiene entrevistas interminables con sus amigos en la oficina de la policía, e incluso lleva la conversación a ese punto, cuando una sola palabra lo traicionaría; cada momento tememos; pero él se escapa y continúa el juego, como si fuera un placer para él.

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